MANIFIESTO 8 DE MARZO 2023

MANIFIESTO 8 DE MARZO 2023

Rechazamos con toda nuestra fuerza la persecución, maltrato y abandono de mujeres migrantes embarazadas en centros de atención médica y su deportación en condiciones deplorables, cuyo único resultado será la marginación y el aumento de la mortalidad materna e infantil entre la población migrante. Exigimos políticas migratorias que respeten la dignidad humana y garanticen los derechos fundamentales de las mujeres migrantes y que el Estado garantice el respeto y protección para las organizaciones y personas que trabajan por los derechos humanos de la población de ascendencia haitiana.

AGRADECIMIENTO A MARINO ZAPETE

AGRADECIMIENTO A MARINO ZAPETE

Como parte de la comunidad de dominicanos de ascendencia haitiana, queremos públicamente agradecer a Marino Zapete por todos sus años de entrega al servicio de la información de una manera íntegra y apegada a una visión de defensa de los derechos humanos. Agradecemos que, en los momentos más difíciles de nuestra lucha como grupo vulnerado en la sociedad dominicana, él fue una voz de denuncia y solidaridad, al igual que Edith Febles y otros periodistas.

EL GOBIERNO DOMINICANO Y LOS DDHH

La única conclusión a la que pueden llegar las víctimas de las violaciones de derechos humanos de este gobierno es que el Estado dominicano debe dar pasos reales para eliminar la apatridia, detener los abusos masivos de derechos humanos contra las personas inmigrantes haitianas, garantizar la igualdad de derechos y eliminar la discriminación racista de Estado con elementos de apartheid, antes de postularse al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Posicionamiento de los Jesuitas sobre las deportaciones

Los migrantes son sometidos a procedimientos violentos, humillantes y poco profesionales en los operativos que diariamente se realizan.
Cualquier uniformado puede detener una persona migrante, esto está fomentando el “macuteo”.
Hay deportaciones de niños con arraigo social en República Dominicana, y nos entristece la cantidad de menores no acompañados que han sido conducidos a la frontera.
Los centros de detención no cumplen con el mínimo que garanticen la dignidad humana: baños, muebles para sentarse o dormir, tampoco se les brinda agua y comida. A esta situación son sometidos tantos niños como mujeres embrazadas y madres lactantes.