El movimiento Reconoci.do condena las agresiones y la detención acontecida el martes 09 de junio; en el que un grupo personas irrumpieron la actividad organizada por algunos líderes de organizaciones, entre los que se encontraba la dirigente de nuestro movimiento Ana María Belique. La actividad se proponía ser un gesto de solidaridad en memoria del afroamericano George Floyd, quien fue cobardemente asesinado a manos de un policía blanco, en una acción brutal e inequívocamente racista. No obstante, nuestros compañeros fueron detenidos por la policía.
La compañera Ana María Belique y los coorganizadores del evento, Maribel Núñez y Fernando Corona, sufrieron un intento irracional de agresión de parte de grupos ultranacionalistas de que, desde ya hace un tiempo vienen hostigando y asediando a todo defensor de derechos humanos en el país. Los mismos estaban dispuesto a actuar de manera abierta y manifiestamente violenta, como habrían amenazado, el lunes anterior a la actividad, por las redes sociales. Estas amenazas fueron oportunamente denunciadas ante la Coordinadora de la Unidad de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República Dominicana, Danissa Cruz.
Es importante señalar que la actividad no se trataba de una manifestación multitudinaria, ni ninguna acción que violara los protocolos ni horarios establecidos por las autoridades para prevenir la propagación del COVID-19. En ese sentido, los compañeros y compañeras solo se disponían a depositar una flor en memoria del fenecido activista afroamericano (“RD: una flor para Floyd y contra el racismo”); acto simbólico, cívico y pacífico. Esto, en rechazo y repudio al acto inhumano y racista que se produjo en contra del referido Floyd por un policía norteamericano.
No logramos entender la acción de la policía, al arrestar sin permitir ningún tipo de explicación ni consideración, a los compañeros activistas, violentando todos sus derechos constitucionales. Mostrándose hostil a las explicaciones y razonamiento de los mismos, antes bien, en una actitud, sarcástica, intolerante y burlona; con tonos cargados de indiferencias.
Mucho menos se puede entender el hecho de que, a los que sí fueron a invadir el espacio, en una actitud desafiante a las autoridades y al orden público, e irrespetando todo protocolo de distanciamiento social, se les dejara en libertad y se les permitiera agredir de forma violenta a los compatriotas que ejercían su derecho ciudadano a manifestarse.
Esta acción abiertamente ultranacionalistas, deja mucho que decir de los cambios estructurales que hay que trabajar en nuestro país. No solo se reflejó la intolerancia y el racismo, justo lo que supuestamente quieren negar con insistencia, sino que quedó de manifiesto el verdadero detractor de la nacionalidad dominicana. No existe la menor duda de que ese comportamiento, vil e irresponsable, avergüenza la dominicanidad, y que merece el rechazo vehemente de toda la sociedad. ¡He ahí los traidores a la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón! ¡He ahí los que irrespetan el orgullo de ser dominicanos, cuando basan la misma en el odio, la intolerancia y el autoritarismo!
La actitud de la autoridad policial, que operó en el momento, demostró no poder tener control de una situación, sin producir atropellos y sin vejar al ciudadano. En una intervención sistemática casi cómplice, atropellan a los que mansamente actuaban y dejan a sus anchas a los irruptores.
Demandamos de la sociedad el rechazo rotundo a este comportamiento, impropio de la dominicanidad. El pueblo dominicano se ha caracterizado por su amor al prójimo, alegría, solidaridad y su pacifismo; no es justo que el mismo grupito históricamente, se encargue de imponer una nueva imagen al pueblo dominicano, distinta a legado de los próceres de la patria.
Demandamos, igualmente, de las autoridades su pronta intervención, para investigar la razón y accionar social de estos grupos, entre los que se encuentra el denominado ¨Antigua Orden Dominicana¨. Advertimos de que los mismos manifiestan actitudes y discursos con tendencias terroristas, y que, de no actuar, las autoridades permitirían la evolución de un discurso de odio contra grupos minoritarios a una práctica de hechos lamentables, por parte de los mismos. De modo que responsabilizamos a los referidos grupos entre los cuales se encuentran (Integrantes de la antigua Orden Dominicana, Samuel Méndez, Many Solano, Yadira Martes, entro otros) de cualquier cosa que les pase a nuestras compañeras o a cualquier activista de los derechos humanos asociados a la lucha antirracista en República Dominicana.
Del mismo modo, queremos notificar que, durante la arbitraria detención los compañeros Fernando Corona, y las compañeras Ana María Belique y Maribel Núñez; fueron expuestos innecesaria e irresponsablemente, a un espacio donde había posibles personas enfermas con el COVID-19, Desconocemos de si se trató de una acción premeditada. De modo que responsabilizamos a la Policía Nacional, y en especial al comando actuante, de cualquier contagio del virus que puedan manifestar los compañeros en los próximos quince días a partir del martes 9 de junio del año en curso.
También, advertimos que no descartamos la acción legal, por daños físico o de otras índoles, materializados por la policía u otros individuos contra los manifestantes. Evaluaremos todas las alternativas y la pertinencia de las mismas.
Declaramos que es deber del movimiento reconoci.do mantener el activismo por los derechos humanos y la lucha antirracista en R.D., por lo que estaremos, cuantas veces sea necesario, ejerciendo nuestro derecho constitucional y ciudadano de manifestarnos contra todo acto público o particular de discriminación racial. El estado está en la obligación de tutelar nuestros derechos.
Por último queremos recordarles a las autoridades, que en sus correspondientes despachos figuran las denuncias hechas por nosotros debido a los ataques y amenazas de los que hemos sido objetos. Tanto los arremetidos contra los dominicanos de ascendencia haitiana, contra los periodistas solidarios a nuestra causa y contra otros defensores de derechos humanos. Por lo que queda bajo su total responsabilidad la protección y la seguridad de todos los que hemos sido objetos de los referidos ataques.