En estos días se ha desatado una ola de indignación por las redes sociales, a raíz de un incidente ocurrido entre la Ministra de Educación Superior Ligia Amada Melo y la Politóloga Nicky González Méndez, egresada de la la escuela de ciencias políticas de la UASD.
El asunto es que la joven va a solicitar a la MECYT una beca para realizar un máster en Modelos y Áreas de Investigación en Ciencias Sociales en la Universidad del País Vasco, y la ministra le responde: “YO NO LE DOY BECAS A PERSONAS QUE TENGAN EL PELO COMO TÚ, SOY ANTICUADA, PERO NO”, aludiendo a su pelo estilo afro. Esto ha suscitado un interesante debate sobre el tema del racismo en nuestro país.
Pero el problema no radica solo en lo que pasó con la joven Nicky; lo cual se ha vuelto natural, sino en cómo existe, sin percatarnos, un racismo estructural que carcome todas las instituciones y estamentos del Estado y que, lo peor de todo, no es asumido por las autoridades. Y es que la negación de este cáncer como realidad social constituye una de las peores dificultades para enfrentarlo.
La negritud, así como cualquier otra expresión afro, representa una afrenta en RD para quienes tienen que enfrentarse cotidianamente a un sistema de pensamiento arcaico, matizado por la abstracta idea de superioridad racial. Nuestros niños y niñas a diario sufren el látigo de la discriminación racial; en la escuela, en la calle e incluso hasta en iglesias.
Lo ocurrido permite entender la realidad por la que tiene que pasar una persona, que además de ser de piel negra, también es de origen haitiano. Obviamente que es indescriptible el nivel de vulnerabilidad a que queda expuesto. Y si esto pasa con una joven profesional, viniendo de una funcionaria de la categoría de la ministra, solo habrá que imaginarse de la gente sencilla y con menor grado de formación social. Generalmente un o una joven pobre debe esforzarse un poco más en todo para poder lograr determinado objetivos, lo cierto es que si es de piel negra es peor aun.
Hagamos un esfuerzo plus, tenemos que parar eso ya! Es hora de enfrentar con carácter y determinación este mal en República Dominicana. Actuemos ahora!!!