En mayo de 2014 se publicó la Ley 169-14, para resolver el problema de la sentencia 168-13, pero lamentablemente la Ley 169-14 nos ha segregado más.
Es cierto que muchos han obtenido sus cédulas, pero primero los transcribieron a un nuevo libro, separándolos así del libro de los dominicanos, y a los que nunca fueron declarados los han hecho inscribirse en el plan de regularización, como extranjeros en su propio país, con la promesa de la naturalización dentro de dos años. Muy pocos de los afectados se han visto ayudados con estas medidas.
Todo esto ha sido por discriminación, por racismo contra nuestro origen y el de nuestros padres y madres, y eso como afectados(as) no lo podemos olvidar.
Desde la experiencia del trabajo del movimiento reconoci.do hemos encontrado más personas que no se encuentran en la auditoria que aquellas que si aparecieron, y la pregunta desde aquel momento ha sido ¿Qué hacer con todas las personas que no aparecen en la auditoria?, se supone que el alcance de la ley es para todo aquel que nació en el país y posee una acta de nacimiento.
El caso de Reyna Antuan nos permite ver y entender como la Junta Central ha actuado a su antojo y ha hecho caso omiso a la decisión del congreso en cuanto a la ley 169-14.
Un grupo de organizaciones están declarando el 23 de septiembre como día de lucha contra la apatridia.
Dijo Juan Pablo Duarte: “Vivir sin Patria es vivir sin honor”.
Manifestémonos para que esta fecha no quede en el olvido. Luchemos para acabar con la discriminación y el racismo en el país. Defendamos la justicia, la igualdad ante la ley, la Constitución y NUESTRO HONOR.