Por Maritza Exilus Bla
Manchy nació en un batey llamado 62. Es una muchacha muy valiente. Le gusta ayudar a su mamá, vender en el corte de caña. Se levantaba a las 3 a.m. para que su madre terminara antes de las 5:30 a.m. A través del tiempo fue creciendo y su papá decía que: «ella sí terminará su estudio… yo lo sé… que sí». Decía su papá: «A mí no me duele gastar en ella, yo tengo mi confianza en ella…».
Pasa el tiempo y Manchy cumple 13 años de edad… y tiene un novio llamado Melvin. Ella no oía, no veía, solo pensaba en Melvin. Llega un momento en que ella quería saber qué es lo que se llama amor y se arriesga. Sabe que es amor, pero es una niña sin experiencia. Se da cuenta que está embarazada de su primer hijo. Pasan los meses y es feliz, contenta, enamorada y nace su hijo llamado Elvin Amaury, el hombre que, sin lugar a duda, ella
Nos
daría todo por él. En el transcurso de los años tiene otro embarazo, es niña, llamada Melissa. Pasa el tiempo, se va llenando de hijos, sin saber la consecuencia de la vida y llega a tener cuatro más: ¡qué bendición!, llamados Liz Meily, Miriam Ester, Mayeli y Mabel. Ella duró 11 años viviendo con su pareja, pero tenían problemas y, un día, él llegó borrado y enojado. Él había cobrado17 y se fue a beber, y ella en su casa tranquila y [sin] saber nada.
Él peleando, discutiendo, le alzó la mano y se fajaron a pelear. Las niñas gritaban y los vecinos aparecieron a separarlos. Los padres de Manchy llegaron enojados, de mal carácter. Ella se deja de él, porque ya no aguanta más. Melvin se quedó con los cuatro niños grandes y están viviendo con él y su madre Vicenta… las dos más chiquitas Mayeli y Mabel, Manchi se queda con ellas.
Todos los días piensa, llora incansable, no sabe qué va a ser de su vida, cree que el mundo le cae encima. Pero ahí estaban sus padres para ayudarla a seguir hacia adelante, trabajando en casa de familia.18 Así que avanzando, y cada vez que llegaba de trabajar veía a sus niñas reírse, decirle: «mami te amo, voy a dormir contigo», y esas [frases] fueron inspiraciones para mí…
[La autora decidió contar su historia de otro modo…]
Mi nombre es Maritza Exilus, tengo 28 años, vengo de una familia de escasos recursos. Mi padre es un agricultor y mi madre una vendedora de comida en los cortes de caña. Crecí con mis padres y ahí, aunque no teníamos tanto, éramos felices. Mi padre luchó para que yo y mis hermanos recibiéramos una buena educación. Me inscribieron en la escuela a los cuatro años y duré estudiando hasta el 7mo curso. A pesar de que en mi infancia vivía con mis padres –sí éramos alegres– nunca tuve la orientación de ellos acerca de cómo era la vida y, por eso, cometí el error de casarme a los 13 años. Pero después de 11 años retomé mis estudios,pero ya todo no era igual porque yo tenía una gran responsabilidad, tuve que estudiar y trabajar a la vez. Tuve que estudiar de una forma acelerada para así poder adelantarme.
Durante esa relación era muy antisocial, debido a que mi pareja me dominaba y como no tenía la mentalidad de decidir qué es lo que yo podía y quería hacer en mi futuro, me dejaba dominar… porque yo dependía de él. Tuve que pasar muchas incomodidades… tuve que pasar trabajo sol a sol, lluvia a lluvia, debido a que quería mantener a mis hijos, tenía que trabajar como sembradora de flores, trabajé en casa de familia, tuve que trabajar como conserje en Punta Cana… todo eso fue para ayudar a mis hijos, porque lo que más me duele es verlos con hambre.
Aun así, no he podido terminar mis estudios debido a que tengo que trabajar para mantener a mis hijos. Debo continuar, tengo metas que cumplir, luchar para que mis hijos sean personas de bien en la sociedad. Quiero terminar mis estudios, ser profesional, para tener una mejor calidad de vida, tener un empleo. Esta es mi realidad… mi vida y quiero cumplir el sueño de mi padre, verme graduada de mis estudios, a pesar de que no fue nada fácil del Batey 62 hasta Palo Blanco… pues, cuando íbamos y volvíamos (…) y, por esto, quiero mis metas ejercer, ser triunfadora, darle a mi papá lo que esperaba de mí, terminar mis estudios, aprender más de la vida, profesionalizarme, salir hacia delante, trabajar para que mis hijos sean hombres y mujeres de bien. Yo sigo en mi lucha por una sociedad digna y justa para todas, sin distinción ni color de raza social [sic].
¿Metas por cumplir? Agradecer a los que nos han facilitado este taller, agradecida por conocer a cada uno de mis compañeros, tener los profesores así tan detallados… y especial la dedicada [sic] es inigualable la experiencia y muy bella… y que somos protagonistas.