A raíz del 
paso del ciclón Matthew, que acaba de azotar a la hermana República de Haití, y el loable gesto de solidaridad expresado por el Gobierno de la Republicana Dominicana, se han desatado varias polémicas que agudizan aun más la situación en el hermano país. Una de esas viene dada por la presencia de militares dominicanos en territorio haitiano.
Miembros del parlamento haitiano consideraron una lesión a la dignidad y la soberanía del pueblo haitiano la presencia de decenas de miembros de la armada dominicana en su territorio, cuya misión era custodiar las ayudas entregadas por el gobierno dominicano, así como salvaguardar la integridad de lo bienes y el personal dominicano en la vecina nación. Para el parlamento y algunos lideres haitianos el gobierno usaría esos canales para introducir productos dominicanos cuyas entradas al territorio de Haití están vedados.
El gobierno haitiano, en la persona del presidente Privert, ha reprochado enérgicamente la actitud de sus compatriotas, consideradas desagradables ante un gesto de hermandad mostrado por República Dominicana. Por su parte el parlamento dio 24 hora para que los agentes del orden dominicano se retiraran del país, lo cual fue cumplido por el gobierno dominicano, mientras que la corte haitiana solicito la destitución del presidente Privert por permitir la entrada de miembros del ejercito extranjero a su territorio.
Sin lugar a dudas este conflicto genera una situación de crisis, que ahonda aun más las heridas físicas hechas por el huracán a la, ya en otras ocasiones lastimada, vecina nación. Pero tal vez lo más interesante por analizar sería el mediatizado trato dado a los temas que tienen que ver con las relaciones binacionales, por parte los lideres de ambas naciones y, robre todo, la prensa.
Nos preocupa que, en momentos en que la tensión ha ido bajando, personas inescrupulosas y de ínfimo sentido humanitario en ambos lados de la Isla, a quienes no les interesa nada más que sus propios y mezquinos intereses, eleven la bandera del “nacionalismo” para socavar el esfuerzo que han estado llevando a cabo ambas naciones por crear puentes de hermandad y entendimiento. Colocando sus cizañas que siempre encontraran terreno fértil en los cuales germinar sin obstáculos.
Hagamos un mayor esfuerzo por sostener las relaciones de ambos países, estrechando manos más solidaria. Construyendo mejores relaciones, fundamentadas en el respeto y la comprensión. Dejando atrás el odio y el antagonismo. Echemos una mirada más allá de los sentimientos encontrados y las emociones, y fortalezcamos nuestras coincidencias y motivaciones por construir patrias de amor, paz y prosperidad para nuestros hijos y las futuras generaciones.
