Durante años en R.D. se ha vivido un clima de discriminación racial, marcado por ignominiosos intentos por presentar a la nación dominicana como un pueblo eminente blanco, y de culturas europeas. Sofocando cualquier pensamiento o idea de que somos una nación multicultural y de una rica mezcla.
Por mucho tiempo nuestra historia como país ha sido ligeramente manipulada, por intereses egemónicos. Sus objetivos no son más que beneficiarse de la ignorancia y la poca conciencia que la gente puede llegar a tener sobre si misma, y sobre su historia. Por ello han custodiado nuestros libros de textos para garantizar que sus perversos intereses tengan vigencia por generaciones.
Es penoso que a estas alturas de la vida democrática de nuestra nación, y por las características raciales, hayan personas y grupos promoviendo el odio basado en color de la piel. Siendo nuestra nación un país de tan variada interrelación humana y racial.
Sin embargo, hay hombres y mujeres que estamos dispuestos a luchar porque nuestro país y nuestro mundo sea cada vez más respetuoso de la persona humana, como sujeto digno de admiración y amor.
Las ideologías sectarias se valen del odio hacia los demás
para perpetrar una limpieza cultural y étnica a gran escala
Ahora más que nunca debemos redoblar nuestros esfuerzos a
escala mundial para erigir los baluartes contra el racismo y la intolerancia, tanto en la mente de cada uno de nosotros como en las instituciones comunes.