Desde el 2007 años vienen y años van y muchas personas siguen igual, vidas truncadas, sueños frustrados; en fin, quedan solamente con la esperanza de que el año próximo sea diferente, que se arregle la situación, ese es el consuelo de los pobres, mantener la esperanza de que las cosas pueden cambiar.
Durante los primeros meses del año 2014 los dominicanos/as de ascendencia haitiana pedíamos a gritos una ley que restituya los derechos vulnerados por la Sentencia No. 168-13 del TC. En mayo llegó la ley 164-14, pensábamos que con ella se respetarían nuestros derechos y se restituiría nuestra documentación; sin embargo la misma Ley ha sido utilizada para sustentar la exclusión civil de los dominicanos/as de ascendencia haitiana dividiéndonos en grupo A y grupo B. Definiendo así quienes son dominicanos por un “error” del Estado dominicano en el pasado (Grupo A), y quienes nunca serían dominicanos a menos que apliquen a un plan de regularización de extranjeros con la “esperanza” de posteriormente poder aplicar para la naturalización (Grupo B), lo cual no es una nacionalidad por derecho sino una discrecionalidad del Estado dominicano que posteriormente puede arrebatártela
Desde la promulgación de la ley 169-14 no se sabe cuántos libros de registros tendrán los dominicanos/as de ascendencia haitiana. Antes de esta ley, la JCE había comenzado a sacarnos de los registros civiles colocándonos en el Libro de Extranjería; y ahora con la Ley 169-14 llegó también el “libro de transcripciones”; es decir que ahora podríamos encontrar personas con registros en tres libros distintos, con numeraciones de actas de nacimiento distintas, por obra de la JCE y aun así sus vidas suspendidas. ¿Cuál es la validez de los actos de la vida civil y política con nuestras anteriores actas de nacimiento antes de ser inscritos en el 2014 en el “libro de transcripciones”?. La Ley 169-14 ha entregado o “liberado” a cuenta gotas documentos de identidad a los afectados, a más de 1 año de la Sentencia del TC que le ordenaba hacer la auditoría en 1 año, y prorrogable para septiembre de este año 2015.
El 2014 se va y con él muchos sueños y esperanzas de cientos de dominicanos y de dominicanas de ascendencia haitiana, en su mayoría jóvenes que vienen padeciendo la exclusión social al verse privados del goce de su identidad y su documentación.
Lo que parecería ser la solución la ley 169-14 no ha sido ignorado por la Junta Central Electoral y sigue imperando la arbitrariedad que desde el 2007 ha sido impuesta por su Presidente, Roberto Rosario.
El 2014 se va, pero esto no termina.